Cuerpo inflamado, terreno fértil para la enfermedad
La inflamación es como una espada de doble filo. Por un lado, es necesaria para combatir infecciones y reparar el tejido dañado. Pero, cuando la respuesta inflamatoria se prolonga en el tiempo o es demasiado intensa afecta nuestras células, produciendo daño, causando enfermedades cardíacas, trastornos neurológicos, Alzheimer, obesidad, diabetes y algunos tipos de cáncer.
El estilo de vida moderno nos ha llevado a vivir inflamados, esto debido a nuestros hábitos, nuestra forma de alimentarnos, nuestra vida sedentaria y nuestra falta de contacto con la naturaleza.
La inflamación no es algo simple; está influenciada por el estrés, la dieta, los genes y el entorno.
A veces, el sistema inmunitario se confunde y ataca partes del propio cuerpo, causando enfermedades autoinmunes como el lupus o la artritis.
Inflammaging es un término que se refiere a la inflamación crónica de bajo grado que se produce en todos los cuerpos como efecto de la edad.
Aunque aún hay mucho por descubrir, mantener una dieta saludable y reducir el estrés pueden ayudar a mantener un equilibrio saludable entre una buena respuesta inmunitaria y la inflamación crónica.
Cuidar la salud optando por una dieta antiinflamatoria
Una forma de combatir la inflamación es optar por una dieta cuyo objetivo sea reducir la inflamación del cuerpo, lo que ayudará a tratar enfermedades como el trastorno autoinmune.
El proceso de inflamación forma parte de nuestra defensa ante agresiones externas, pero si se prolonga en el tiempo y no se atiende, afecta al cuerpo y su funcionamiento.
Una dieta antiinflamatoria es un modo de alimentación con un bajo consumo de alimentos pro inflamatorios como son las grasas trans y el incremento de alimentos que combaten la inflamación y que llamaremos anti inflamatorios como son los ácidos grasos como el Omega 3 y los vegetales.
Bajar los pro inflamatorios o elegir los anti inflamatorios
Se trata de combinar ambas opciones, priorizando la ingesta de alimentos anti inflamatorios e ir reduciendo al máximo los pro inflamatorios, de esa manera reducimos la inflamación y mejoramos nuestra condición de salud.
¿Qué consumimos?
- Alimentos de bajo índice glucémico. El Indice Glucemico (IG) es una escala que clasifica a los alimentos por su efecto en los niveles de azúcar en la sangre después haberlos consumido. Va del 0 al 100. Te citamos algunas frutas como los arándanos, las frutillas, las peras y manzanas.
- Grasas saludables como el aceite de oliva virgen extra, el aceite de coco virgen, la mantequilla o ghee (mantequilla clarificada), el pescado pequeño y mediano.
- Proteínas de alto valor biológico como son los huevos de gallinas de granja o las carnes de animales de pastoreo, en la medida de lo posible.
- Alimentos agroecológicos, libres de pesticidas. Podemos encontrarlos en mercados ecológicos o bio. Si bien es un esfuerzo buscarlos, vale la pena hacerlo para tener un consumo de alimentos reales libres de tóxico y de temporada.
- Fermentados como el chucrut, el vinagre de manzana, la kombucha. Sus prebióticos ayudan a equilibrar la flora intestinal.
- Especias como el jengibre, la cúrcuma, la pimienta negra, la pimienta de cayena, que además de brindar sabor a las comidas son poderosos anti inflamatorios naturales.
¿Qué eliminamos?
- Azúcar, pan blanco, pastelería, pasta, cereales insuflados, papas fritas entre otros.
- Grasas saturadas trans y refinadas como el aceite de soya, girasol, maíz, margarinas y los productos ultraprocesados que contienen cualquiera de estas grasas. Estos productos afectan directamente al sistema cardiovascular.
- El gluten presente en el trigo, cebada, centeno y alimentos que han sido elaborados con estas harinas. Estos productos promueven la inflamación y el desarrollo de problemas autoinmunes.
- La solanina presente en el tomate, los pimientos, las papas, las berenjenas, que contienen algunos anti nutrientes, que inflaman sobre todo las articulaciones.
- El Glutamato monosódico presente en productos como el aji no moto o en sopas industriales y otros productos ultraprocesados que lo contienen para potenciar su sabor como es el caso de los preparados de comida china, que tiene niveles altos de toxicidad y según estudios recientes puede promover la aparición de células cancerígenas.
- Metales pesados presentes en pescados grandes, se recomienda optar por pescados pequeños o medianos. Atención con el atún en lata, contiene niveles de mercurio, por lo que se recomienda un uso esporádico.
- Productos fritos rebozados, sobre todos aquellos cocinados en aceite, peor aún si el aceite es reutilizado varias veces, en este proceso alcanza altos niveles de toxicidad.