Un adulto mayor en casa
Para cultivar una relación sana y enriquecedora con un familiar de edad avanzada que está en casa, es fundamental practicar la empatía, la comprensión y la escucha activa de sus historias y opiniones, aunque éstas se repitan.
Un adulto mayor necesita que podamos reconocer y valorar sus experiencias y la vida que ha tenido, y demostrar interés genuino por sus preocupaciones y necesidades.
Establecer una comunicación abierta y respetuosa, donde ambas partes se sientan cómodas para expresar sus emociones, pensamientos y necesidades es fundamental.
Generar un diálogo honesto y constructivo ayudará a resolver los conflictos de manera pacífica y amorosa. No hay que asustarse de los conflictos, se dan en la convivencia, la clave es buscar resolverlos conversando abiertamente.
Nuestro adulto mayor puede sentir soledad, está viviendo a un ritmo diferente que el resto de la familia, puede tener menos cosas que hacer y sentirse poco útil, con facultades disminuidas o una carga. Es importante ayudar a que encuentre actividades y/o hacerle participar de tareas del hogar, que estén en el marco de sus posibilidades.
Debemos considerar brindarle apoyo emocional y compañía, Es importante mostrarle amor y afecto a través de gestos cotidianos como abrazos, sonrisas y palabras de aliento. Cada miembro de la familia, de manera individual, puede compartir tiempo de calidad con la persona mayor, realizando actividades que disfruten ambos y fortalezcan el vínculo familiar.
Debemos respetar la autonomía y la dignidad del adulto mayor, permitiéndole tomar decisiones, siempre y cuando pueda hacerlo, proporcionando apoyo para mantener su independencia en las actividades diarias. Valorar su individualidad y tratar de adaptar el entorno del hogar a sus necesidades y preferencias y acompañar su envejecimiento, un día nos tocará a nosotros.
Cultivar una relación sana con un adulto mayor en casa requiere paciencia, comprensión y dedicación, pero los lazos afectivos y las experiencias compartidas hacen que valga la pena el esfuerzo.
En caso de que nuestro adulto mayor tenga episodios de pérdida de memoria, depresión o agresividad, te recomendamos consultar con un geriatra.